jueves, 1 de octubre de 2015

Girasoles taciturnos.

Los vimos pasar, día tras día, hasta que su color pipa se apagó.
Hacia abajo, apesadumbrados por su falta de pigmento, su carencia de melanina.
 
Susurraban callados que pronto pasaría, que el calor se los llevaría de paseo, hacia un lugar mejor.
 
Y allí me senté, en medio de todos ellos. A escuchar su silencio, a escuchar sus lamentos.
Comencé a coleccionar las cascaras de sus recuerdos, de los viajeros que en furgoneta se asomaban para olfatear su aroma. Un volumen inmenso de "quiero una fotografía entre ellos", y un puñado de pétalos robados.
 
Sabemos que en tiempos de flores volverán a nacer, y traerán consigo la "Primavera de Vivaldi". Brindarán por todos los que fueron talados, y por todos aquellos que murieron en un banco comidos uno a uno.
 
Y allí esperaré, en medio de todos ellos.
En medio de un campo de taciturnos, callada, silenciosa, melancólica. Creyendo que volverás a crecer, igual de fuerte y de amarillo como la última vez.
Igual de apacible como cuando te arranqué.
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Está muy bien expresado, me encanta cómo juegas con las palabras para conseguir esa sensación de melancólica esperanza. Es lo que a mí me ha llegado, o quizá sea porque está nublado el día jejeje
    ¡Un abrazo!

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    1. Muchisimas gracias! No esperaba que alguien leyese las palabras que se me caen por aquí :)

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